La aparición de pequeñas verrugas en el cuello puede estar asociada a distintas causas. Resultan molestas, incómodas y antiestéticas.
Te contamos cuáles pueden ser sus orígenes y las técnicas más adecuadas para deshacerte de ellas.
¿Qué son las verrugas del cuello?
Las verrugas del cuello son pequeñas lesiones cutáneas de carácter benigno, elevadas sobre el nivel de la superficie de la piel. Las células de un área de la epidermis, la capa más superficial de la piel, se multiplican más de lo habitual, se engrosan, dando lugar a estas formaciones de una apariencia rugosa. Pueden aparecer de forma múltiple y llegar a medir hasta varios centímetros a veces.
Suelen darse a partir de los 25 o 30 años y, aunque no presentan sintomatología, llegan a ser bastante molestas. Al situarse en una zona expuesta a continuos roces, pueden inflamarse. Pueden generar un problema estético, pero, por lo general, no duelen ni presentan complicaciones.
Principales causas de las verrugas en el cuello
La aparición de estas pequeñas lesiones epidérmicas puede estar ligada a distintas causas:
Predisposición genética
Cambios hormonales
Sobrepeso
Diabetes no controlada: la resistencia a la insulina supone un síndrome metabólico que dificulta el procesamiento de los alimentos. Esto predispone al individuo a desarrollar determinadas enfermedades, como la diabetes. Las verrugas del cuello pueden ser una respuesta del organismo a su dificultad para procesar el azúcar.
Virus del papiloma humano: también es probable que la aparición de las verrugas esté asociada a una infección de la piel causada pro el virus del papiloma humano.
¿Cómo quitar verrugas en el cuello?
Por lo general las verrugas pequeñas del cuello desaparecen solas, sin necesidad de intervenir. Suelen remitir al pasar algunas semanas o meses. Sin embargo, si persisten, existen diferentes métodos para eliminarlas.
Hay personas que se deciden a utilizar remedios caseros para acabar con estas pequeñas lesiones benignas, como el uso de ácidos, cremas o líquidos, incluso atando un hilo y eliminándola por corte.
Nuestro consejo: jamás recurras a estos métodos, ya que no son efectivos y te arriesgas a provocar una infección y dejar una cicatriz para siempre (peor el remedio que la enfermedad).
Si ves que las verrugas del cuello no se te van, lo primero es acudir a tu dermatólogo para que te aconseje la mejor manera de eliminarlas, ya que pueden ser similares a otras lesiones cutáneas que requieren tratamientos diferentes. Además, el doctor podrá detectar si su aparición está ligada a un problema de salud más grave.